Luego de una noche de picada,
y con una resaca de la puta madre, los muchachos deben asistir a clases
como corresponde;
por mas de que puedan encontrar obstáculos como éste, tratan
de mantener el control y no estallar en un ataque de nervios...
En los recreos se realiza el tradicional tráfico
de armas de fuego entre los muchachos de cocho. Aquí vemos una toma
de la cámara oculta en una de las mochilas llenas de estupefacientes
y explosivos de toda clase: